martes, 10 de diciembre de 2019

Historia de Dâlnia



No se sabe con exactitud ni la época exacta ni el origen de los pueblos que ocuparon las islas por primera vez, pero algunos indicios parecen datar la misma al menos unos 8 o 9mil años antes de cristo.

Dos teorías opuestas sobre el poblamiento hablan de gentes llegadas desde Irlanda por un lado, por la península ibérica por el otro (una tercera teoría apunta a la coexistencia de ambas vías). 

A finales del neolítico/comienzos de la edad del bronce el poblamiento era ya estable y de una cierta importancia, lo que corroboran los numerosos restos de megalitos a lo largo del territorio, destacando por su importancia los abundantes túmulos sobre colinas, los populares  Zîrkulos de los Xigântes” , según la denominación local.

Posteriores oleadas de invasores (celtas y gaélicos) dejaron  a las islas divididas en  varias zonas tribales,  frecuentemente enfrentados. Sin embargo, estas nuevas colonizaciones no provocaron la desaparición de los primitivos pobladores, sino que se produjo una asimilación entre ambos pueblos, desarrollándose una cultura propia, de la que perduran aún  bellos ejemplos artísticos, sobre todo joyas,  grandes monumentos en piedra, túmulos y tumbas. 


Según los mitos fundacionales posteriores, de cuando en cuando uno de los reyezuelos se volvía más poderoso que el resto y recibía el nombre de Alto Rey, una especie de título honorífico que reconocía su superioridad sobre los demás, pero que en ningún caso podría entenderse como una jefatura jerarquizada ni un estado unificado.

La historia de las islas en esta época antigua está durante siglos envuelta en leyendas. Algunos creen que en el origen del mito de la Atlántida pudo estar el difuso conocimiento de la existencia del archipiélago. Otros estudiosos creen que sin duda Piteas, en su periplo Boreal, conoció el archipiélago.

 Apenas se sabe nada de su relación con el imperio romano, o sus contactos con Irlanda y el continente. Unos autores creen  que durante ciertas fases  las islas permanecieron aisladas del mundo exterior, mientras otros creen que la comunicación y las relaciones comerciales y de otro tipo con Hibernia nunca se interrumpieron. Según muchos,  Dâlnia es la Tech Duinn de los relatos, la morada del oscuro, la tierra de los muertos.

 Las fuentes romanas, mientras tanto hablan de una mítica isla pobladas de Dragones y seres misteriosos más allá del extremo del mundo (de Finisterre), a la que daban el nombre de Atlantia,Antilia ,ínsulas Occidentales o terra(o insulae) Plus ultra o Âvalen, y algunos han querido ver en Dâlnia (o en alguna de sus islas) a la  última Thule. Lo cierto es que apenas hay datos que nos confirmen ninguna teoría .  Aunque algún artefacto y diversas monedas de origen romano han sido encontrados en alguna excavación,  las hipótesis más creíbles hablan de una especie de comercio circular, no de intercambios directos con los mismos. 

Según algunos estudios, La población de las islas habría sufrido en los siglos V o VI de nuestra era
un enorme descenso, provocado, según las hipótesis más actuales, por una mezcla de los efectos de guerras intestinas, hambrunas y epidemias generalizadas.  Ese panorama,  de un archipiélago medio despoblado y caótico sería el que se encontrarían a mediados del siglo VI, los monjes irlandeses (según la tradición local, encabezados por San Declan, aunque las fechas parecen desmentir dicha afirmación), que evangelizaron las islas, siendo Jesûsy la primera isla totalmente cristianizada. Algunos pretenden unir a Dâlnia con el mítico viaje de San Brandan, pero no hay dato alguno que lo confime. Más probable es que fueran San Columba o San Columbano los verdaderos impulsores de la cristianización.

Con la conversión de los escasos  y poco poderosos caudillos locales supervivientes, la

administración del territorio quedó ligada casi desde el final del breve periodo de evangelización a una serie de obispados-monasterios (con el cargo de obispo y abad siendo el mismo).
Los  monjes establecieron una serie de comunidades modelos, unas “ciudades de fieles” alrededor de dichos monasterios, con una autoridad central muy tenue(un legado papal que mediaba entre los mismos), formando realmente una especie de confederación de repúblicas monásticas semiindependientes.



Se atrajo a a nuevos habitantes tanto desde las islas británicas, Irlandeses y britanos que huían de los nuevos dominadores germánicos, como desde la península, con la llegada de numerosos hispanorromanos descontentos de la autoridad Visigoda.  La mezcla entre los diversos pobladores fue un hecho desde el inicio, algo fomentado por las autoridades eclesiásticas que hablaba de “una comunidad de hermanos en la fe de Cristo”.  El latín se usó como idioma común para gente de tal diversidad de orígenes.

Con la conquista musulmana de la península la emigración ibérica se incrementó mucho, creándose unos fuertes lazos, tanto culturales como artísticos con el reino astur y Galicia.

A partir del siglo VIII esta “edad dorada”, terminó, y comienza un oscuro y caótico periodo. Distintas invasiones  de pueblos del norte(vikingos), especialmente daneses, hace que durante varios siglos las luchas sean constantes. Estos grupos primero hacen incursiones de pillaje, y luego se establecen y ocupan las islas, creando diferentes reinos que luchan a su vez entre sí. Los vikingos también traen cautivos, tanto de las islas como de sus correrías peninsulares. Con el tiempo  se va creando una sociedad mixta, los antecesores de los actuales dâlnios, mezcla de la población local, peninsulares, pueblos  británicos (gaélicos sobre todo) y daneses.  Durante esa época el territorio era conocido como Vestmania( tierras/islas del Oeste).

A principios del siglo X, alguno de los reyezuelos ya  habían adoptado el cristianismo, y poco a poco el resto de los vikingos fueron convirtiéndose, para ganarse el apoyo de sus súbditos (y de la iglesia) en los conflictos por el control de las islas.

Mientras algunos de estos pequeños principados comenzaron a establecer buenas relaciones con los reinos hispanos del norte, incluso tejiendo alianzas matrimoniales con los mismos, otros continuaron con sus correrías en la zona.

A comienzos del siglo XII dos reinos principales se disputaban el control del territorio, al norte el de Êgerling, cristiano y en buenas relaciones con León, y a sur Pêtery, donde aún continuaba la tensión entre paganos y cristianos. 

El Rey Harald de Pêtery  comenzó  una campaña para unificar el país, mientras continuaba atacando las costas cantábricas. El rey Gandalf de Êgerling se alía con León, en la figura de Alfonso VII.

Juntos, apoyados por la flota creada por el arzobispo Diego Gelmírez, conquistan y unifican por primera vez el territorio dâlnio.  La batalla decisiva, conocida como la del Puente de la Alianza, en Nêderling (Isla de Jesûsy), que tuvo lugar el cuatro de octubre de 1150, supuso la muerte del Rey Harald, que había desembarcado allí con su ejército en un intento desesperado de romper el avance aliado.
El reino de Pêtery se rinde y tras el resto de señoríos que aún permanecían independientes aceptan el dominio de  Êgerling.

Poco después, en 1155 El rey Gandalf  muere sin descendencia  masculina, y lega su reino al monarca Leonés.

Este, al morir en 1157, divide sus territorios, quedando Dâlnia en manos de su hijo García, al que había casado poco antes con la hija de Harald, Berenîce, para legitimar su título . Se inicia el “Reino de Dâlnia”, denominado así tras la proclamación como capital del nuevo estado de Dâlny, una población hasta entonces no demasiado importante a nivel político, pero situada en un lugar central,  con lo que se aliviaban también las tensiones entre los intereses del Norte (Êgerling) y del Sur (Pêtery).

Con posterioridad , los monarcas Dâlnios trasladaron su residencia real a unos kilómetros de Dâlny,  a un palacio nombrado en honor a la primera reina, alrededor del cual se fue formando una villa, la actual Berenîce, que con el tiempo asumiría el título honorífico de capital del Territorio.

 Durante un breve periodo en el siglo XIII la isla de Nâvery formó un reino propio, debido a la decisión del rey Pablo I de dividir sus dominios entre sus hijos, pero tras unas décadas el reino volvió a unificarse tras la muerte sin descendencia del rey Mario I de Nâvery.

A lo largo de los siglos siguientes, Dâlnia se ve envuelta tanto en las luchas dinásticas de castilla, como en los conflictos entre Inglaterra y Francia (La guerra de los 100 años), aunque generalmente sostiene una firme alianza con Castilla. La peste negra llegó al país en 1349, y aunque sus efectos no fueron tan  brutales como en otros lugares, debido al relativo aislamiento y a las medidas preventivas tomadas, si que las fuentes hablan de una pérdida de población cercana al 10%, con especial incidencia en las ciudades y puertos principales.

Con la expulsión de los judíos por los reyes católicos llegan bastantes a país, que ya contaba con una cierta comunidad propia.

La llegada del protestantismo al norte de Europa llevó a recibir al país una numerosa emigración de católicos daneses, que vieron allí un refugio donde mantener su fe. Dicho éxodo fue promovido sobre todo por la presencia en Dâlnia de la reina Isabel de Dinamarca, hija del rey Danés Juan I, y se desarrolló sobre todo tras la guerra del Conde. También llegó a Dâlnia Olav Engelbrektsson, el último arzobispo católico de Noruega, con algunos de sus feligreses.

Entre 1585 y 1604, Dâlnia se ve convertida en campo de Batalla de la guerra angloespañola . Una flota inglesa, al mando de Drake, saquea diversos puertos para posteriormente invadir las islas tras la derrota de la armada invencible. En la batalla de Vîmery, en 1590, muere el último monarca Dâlnio, Pablo II.  En las islas se suceden los combates y enfrentamientos entre los invasores ingleses, que se hacen con el dominio de parte del territorio, tropas locales y refuerzos enviados por la monarquía hispana.

El tratado de Londres de 1604 ve llegar por fin una solución para las islas. En el tratado Dâlnia se convierte en un coprincipado, donde los monarcas británicos y español  figuran como los gobernantes del país (el monarca británico a nombre de Rey de Irlanda), aprobándose la independencia del mismo pero teniendo que mantener una neutralidad perpetua, salvo ataques exteriores o aprobación conjunta de ambos copríncipes.  De facto el estado se convierte en una especie de república, gobernada por un senado formado por nobles, obispos y ciudades.

Durante la guerra de los 30 años, refugiados católicos alemanes fueron asentados en la zona occidental de la isla Grande, hasta entonces casi deshabitada, alrededor de la recién fundada Nueva Kaiserslautern, que con el  tiempo transformó su nombre a Kaiserlauten.

La llegada al poder de Cromwell y la ejecución de Carlos II llevó a una crisis (además de provocar una fuerte emigración irlandesa debida a la actuación del Lord Protector en la isla) que se resolvió con la vuelta de la monarquía. Nuevas crisis debidas al enfrentamiento entre las potencias valedoras de su neutralidad tras la guerra de sucesión y la de los 7 años fueron clarificando la situación política de Dâlnia, que defendió a toda costa su neutralidad e independencia, logrando aumentarla hasta convertir el coprincipado en algo meramente anecdótico.

A partir de entonces Dâlnia comienza una etapa de desarrollo pacífico, con el tiempo se va estableciendo una serie de instituciones de gobierno propias (con las figuras de los cónsules, los gobernantes efectivos, nombrados por el senado), que van dejando la figura de los monarcas como cargos simplemente testimoniales.

Su participación en los conflictos europeos se limitó a algunas alianzas antifrancesas(en la época de Luis XIV y Napoleón), sobre todo aportando su flota en las mismas.

El tratado de Londres también prohibió su expansión colonial, pero favoreció por otro lado su posición comercial respecto a británicos y españoles. Durante siglos Dâlnia fue un país relativamente pobre, volcado al mar, girando su economía en torno a la pesca y cierto comercio, pero a partir sobre todo de la segunda mitad del XIX todo cambió. La apertura de minas y sobre todo de infraestructuras de transporte que permitieron su aprovechamiento, con el desarrollo del ferrocarril y la mejora de los puertos, permitió una rápida industrialización y el aumento del comercio.

A lo largo del siglo XIX el país se vio sacudido por distintas agitaciones obreras, que condujeron a la extensión del derecho al voto, llevando a ser el primer país del mundo que lo concedió a las mujeres, y el primero en que gobernó un partido socialdemócrata (Socialdemócratas y cristianodemócratas han sido las fuerzas que casi exclusivamente han gobernado el país,  cuya sociedad tiene un fuerte sentimiento de comunidad, fruto de su mismo origen y lo complicado de su historia).

En las últimas décadas del siglo XIX, y ligada a la influencia británica en las islas, llegaron diversos deportes a las islas, en especial los dos más populares, el Rugby y sobre todo el fútbol.

Con la proclamación de la II república española el cargo de copríncipe pasará a manos de Alcalá-Zamora, estando posteriormente unido a la evolución de la jefatura del estado Español.

El 18 de abril de 1949, con la proclamación del acta de la república de Irlanda, el Monarca Británico deja de ser copríncipe, pasando el mismo a manos del Presidente de la república Irlandesa.

El país fue neutral durante la primera y la segunda guerra mundial. Durante y tras la guerra civil española, el país se convirtió en refugio de numerosos exiliados españoles, al igual que a partir de los 60 también se produjo una fuerte migración tanto desde España como de Irlanda, Portugal e Italia, atraídos por la industria y el desarrollo económico del país.

En 1973 Dâlnia entra en la comunidad Económica europea, junto a Irlanda, Reino Unido y Dinamarca.

En 2004 se celebró el cuarto centenario del tratado de Londres, acto al que acudieron los reyes de España, Reino Unido, el presidente Irlandés así como autoridades de todo el mundo.  Ese mismo año, y en el que fue el último viaje de su Papado, Juan Pablo II visitó Dâlnia.

Actualidad y estructura política

En la actualidad el desarrollo económico del país gira en torno a una industria de última tecnología y al comercio exterior.

La estructura política del país se articula, bajo el honorífico gobierno de los copríncipes, desde dos cónsules, elegidos cada 2 años (y que no pueden ser reelegidos más de tres veces consecutivas, ni cinco alternas), un consejo de Iguales (15 miembros, dos de los cuales son los cónsules actuales, dos los anteriores y de donde saldrán los dos siguientes, muy parecido al consejo federal suizo, y que sería algo parecido al consejo de ministros, con representantes de todos los partidos mayoritarios), un senado (de 100 miembros, de elección directa y proporcional) y una asamblea insular, de 25 miembros, con 10 representantes de la isla grande, 5 de Nâvery, 3 de Frânking, Mârting y Jesûsy y uno de Kârling).

 Existirían por debajo de estos una serie de consejos condales, de diez miembros cada uno, de entre los cuales se escogería al conde gobernador de cada kondado.

A su vez los kantones tendrían una asamblea formada por los alcaldes de cada parôkias más el de la komuna capital.

La idea sería convertir a Dâlnia en un estado muy descentralizado, pero no federal, su estructura poblacional, con muchas ciudades de tamaño intermedio, sin una central muy por encima del resto, facilitaría un reparto del peso político bastante parejo. Los distintos órganos de poder, judicial, legislativo, ejecutivo, etc.…se localizarían en distintas poblaciones  del país, por lo mismo. Se trataría de lograr un país cohesionado geográficamente y con contrapeso de poderes.