domingo, 22 de agosto de 2010

La lucha

¿No puedo, no puedes? ¿Solo es un sueño, un imposible que nunca sucederá? ¿No merece la pena ni intentarlo, hay que conocer los propios límites? ¿No hay nada que hacer, todo esta escrito? ¿No valgo nada, siempre hay alguien mejor que yo, que tu, que el?

Y un carajo.

Espera, creo que no me explique bien, te lo digo de otra manera.

Y un carajo.

Ya esta bien de autocompadecerte, de estar no hundido en la mediocridad, sino de chapotear en ella, ya vale de decir que no antes de que te pregunten. Ya esta bien de cerrar los ojos ante el peligro, como si por no verlo dejara de existir. Se puede perder, pero para perder hay que jugar. Si ni siquiera juegas nunca perderás, cierto. Lo tuyo será mucho peor. Ni siquiera serás un perdedor, no, serás un patético cobarde. Un perdedor merece un respeto, un cobarde, solo el desprecio.

Te crees que si no te enfrentas a nada, estarás a salvo. Pero no entiendes que jamás, nadie, podrá salvarte de ti mismo. No hay otro enemigo peor. Alguien que te odie te podrá pegar, insultar, tratarte como a un perro. Pero será el otro. En cambio, ese insidioso demonio que tienes en tu interior no es otro, eres tú. Y sus miserias, sus “consejos”, su patética existencia son tuyas. Conócete a ti mismo. Y una vez lo hagas, patéate. Destroza a ese cabrón que esta amargando tu vida, impide que siga ejerciendo ese influjo maligno sobre ti. Solo tú puedes vencerle. Pero para hacerlo, para empezar a hacerlo, debes quererlo. Y eso, eso, solo esta en tu mano.

No, no te voy a decir que es sencillo, te mentiría. Nadie dijo que lo fuera. ¿pero… es que porque algo no sea sencillo, hay que dejar de probarlo? ¿ hay que rendirse antes de empezar solo porque haya que esforzarse?

Levanta la cabeza, mira a los ojos y camina. Y tropieza, y cáete. Pero vuelve a levantarte, y sigue caminando. No te equivoques, lo malo no es caer, lo malo es quedarse en tierra. Nadie esta libre de cometer errores, pero lo que te hace grande es aprender de ellos y proseguir el camino, no como si no hubieran ocurrido, o arrepintiéndote continuamente de ellos, martirizando tu cerebro una y otra vez con la misma caída, como si lo hubieras hecho 100 veces. No, sintiendo que has ganado en experiencia, y que no volverás a caer en la misma trampa.

Puedes pedir ayuda. Es mas, debes. Puedes hablar, puedes escuchar, puedes oír consejos, recomendaciones, teorías. Algunas merecerán la pena, otras tantas, no. Pero en el fondo, y tú lo sabes, al final del todo, en la lucha decisiva, estarás solo. Tu destino esta en tus manos… ¿a que da miedo?

1 comentario: