sábado, 18 de junio de 2011

Ojos de gata

Grises como la vida, con un toque de esperanza en verde. Así son los ojos con los que descubres tu alma al mundo.

Son espejos que reflejan el daño recibido y las cicatrices de viejas heridas.

A veces tristes, otras esquivos, encierran tras la muralla de los parpados el esplendor de su belleza.

En ocasiones los miro y no veo el fondo, como abismos mi mirada se pierde en su negrura.

Otras se vuelven vulnerables, y descubren ese interior tierno que proteges con celo.

Tiemblo cuando se convierten en nubes de tormentas, molesta por las injusticias del mundo o esa pasividad que te desespera en mí.

Al tiempo, son el faro que ilumina mi vida y dirige mi rumbo, la mirada que acaricia mi piel con su dulzura, y la fuente que derramó océanos en el pasado.

Son como tu, llenos de contrastes, imposibles de enmarcar, a la vez lejanos y cercanos, atrayentes y huidizos, con miedo y deseo, alegres y melancólicos…

Es hora de decirles adiós. Toca bajar el telón y dejar que el sueño relaje tu espíritu. Mientras duermes, el mundo es un lugar más oscuro, pero…siempre habrá otro amanecer, cuando lo primero que vea al despertar sean esos dos soles que calientan mi alma.

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