miércoles, 2 de marzo de 2011

Parando el tiempo

Detenerse.

En ocasiones, lo más difícil de todo…Cuando Enfocas la vida como si fuera una competición en la que, si te paras, los competidores te adelantaran sin compasión.

Solo miras hacia delante, centrando la vista en el siguiente objetivo…sin disfrutar jamás de lo conseguido, sin entender que, al menos en esta carrera, el éxito no esta en llegar primero a la meta…

Tiempo. Eso que a veces se antoja infinito, y en otros momentos te parece que se escurre entre tus dedos. Eso que crees perder cuando te detienes, y que en realidad pierdes mientras corres.

Echa la vista atrás, 15, 20, 30 años… ¿Qué es lo que te viene a la mente? ¿Algunas de esas cosas que por entonces creías tan vitales o diminutos detalles que parecían estar condenados a perderse en el olvido, por insignificantes? ¿Por qué te acuerdas de ese olor, de esa escena, de ese minúsculo fragmento del ayer que en ese instante no significó nada? Tal vez porque representaron mucho más de lo que crees.

Y quizás, si eres lo que eres, tiene más que ver con esos retazos de pequeñas tristezas y mínimas alegrías que con el resultado de cualquier examen.

Vivir la vida. Una frase que parece tan obvia, y sin embargo esta tan llena de matices. Porque no es igual dejarla pasar que vivirla, y porque mientras lo hacemos la vida nos va cambiando. Y al tiempo que dejamos partes de nosotros en el pasado, las conservamos en la memoria. Pero no las elegimos. Nuestro cerebro decide por nosotros.

Nunca sabremos que quedara grabado y que desaparecerá. Y esto, que es frustrante, no deja de ser maravilloso. Cuando no sabes lo que realmente será importante en un futuro, se trata de disfrutar de todo como si fuera lo más excitante, lo mas valioso.

Porque en ocasiones, así será.

Y por eso pocas cosas nos alegran mas que esos días en los que nos despertamos sin expectativas y en los que suceden cosas…ni siquiera grandes cosas, basta a veces una conversación, un giro inesperado, una sonrisa que no esperabas…la verdadera felicidad esta hecha de pequeños ladrillos, no de grandes bloques.

Tómate un respiro. No se trata de dejar de avanzar, de abandonar la carrera, sino de entender que lo importante no es cuando se llega a la meta... sino de lo que aprendiste mientras corrías.

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